En Casa de Reposo Areli, ofrecemos un espacio cálido y especializado para el cuidado del adulto mayor. Nuestro equipo humano brinda atención integral, emocional y médica, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de cada residente.

horas de atención continua

Atención integral para tu tranquilidad
Atención especializada y humana para quienes más lo necesitan
En Casa de Reposo Areli nos especializamos en el cuidado de adultos mayores con diversas condiciones médicas y necesidades de atención continua. Nuestro enfoque es personalizado: diseñamos un plan de cuidado único para cada residente, adaptado a su diagnóstico, estado físico, emocional y ritmo de vida.
Cada diagnóstico es atendido con un plan de cuidado adaptado.
Mi mamá tiene demencia senil. Cada visita a Areli es como ver una escena de cariño verdadero: enfermeras que la llaman por su nombre con ternura, terapeutas que la estimulan con paciencia infinita, y una cocina que recuerda a casa. Nos costó tomar la decisión, pero ahora sé que hicimos lo correcto. No está sola, está en el mejor lugar posible.

Mi madre fue diagnosticada con Alzheimer y en casa nos resultaba muy difícil manejar la situación emocionalmente. Estábamos agotados y tristes. Desde que llegó a Areli, todo cambió. Aquí la tratan con tanto cariño y respeto, que ha vuelto a sonreír. Participa en las terapias musicales, disfruta de los paseos por el parque cercano… y cuando la visito, me toma de la mano como antes. Sé que está bien, y eso me da una paz que no puedo describir.

Después del diagnóstico de Parkinson, mi papá empezó a decaer física y emocionalmente. En Areli no solo lo ayudaron con sus terapias físicas, sino que también se preocuparon por su estado emocional. Hoy lo veo más activo, conversa con otros residentes, y ha creado vínculos que le hacen bien. El personal es increíble, siempre atentos, humanos. Para nosotros como familia, fue la mejor decisión.

Cuando Elena quedó postrada, los médicos no nos dieron muchas esperanzas. Pero en Areli nos ayudaron a verla como una persona, no como un diagnóstico. La cuidan con tanto detalle: desde la curación de sus heridas hasta peinarla como a ella le gusta. Nunca imaginamos que volveríamos a verla tan tranquila. No es solo un lugar de cuidados médicos, es un hogar lleno de respeto.

Mi abuelo siempre fue muy independiente, pero su salud se fue deteriorando. Nos costó convencerlo de ir a una casa de reposo, pero Areli fue diferente. Desde el primer día lo trataron como si fuera de la familia. Él mismo nos dijo: “Aquí me cuidan como si fuera su papá”. Y así es. Está activo en lo que puede, participa en la terapia ocupacional y disfruta del jardín. Para nosotros, ver su tranquilidad es impagable.

